Lecciones Inesperadas en un Lugar Insólito 

Desde el momento que Alba Cisneros respondió a mi solicitud de ser voluntaria en la fundación por pedido de la Universidad San Francisco de Quito, supe que estaba a punto de embarcarme en la travesía del cambio sobre mi perspectiva del ser frente a realidades complejas no comunes al entorno donde yo crecí.

Para mi sorpresa, al ingresara la Fundación Minadores de Sueños para las capacitaciones del voluntariado, me encontré con un ambiente tranquilo y acogedor. Desde el primer día, sentía un segundo hogar gracias a la calidez del personal para recibir cordialmentea los jóvenes voluntarios. Además, se implementaron dinámicas de integración que ayudó a reducir la tensióninicial del momento, facilitando la libertad de socializar e interactuar entre los jóvenes.

Fue realmente reconfortante observar cómo, a medida que avanzábamos el voluntariado, nos convertíamos en un equipo comprometido. No sólo se enfocó en las actividades propias de la fundación durante el curso vacacional RANPI-sur, sino que también nos informamos sobre temas sociales relevantes, tales como intervenir en caso de primeros auxilios, crisis emocionales o imprevistos en la organización. Al mismo tiempo, cada uno de los voluntarios asumió un rol de liderazgo en los talleres y formaciones.

Con el apoyo de una amiga, ambas tuvimos la iniciativa de realizar el taller de expresión corporal y artística dirigida a niños y niñas de entre seis a doce años. Se diseñó actividades acordes para todas las edades, que incluyeron juegos dinámicos, coreografías y percusión corporal. Además, las actividades impartidas en el taller ayudaron a que los niños se volvieran más espontáneos y disfruten del momento mientras se divierten.Esta experiencia me hizo reflexionar sobre el papel que desempeñé como talleristay me enseñó que cada acciónpor cuánmínima sea, puede cambiar vidas mediante sonrisas, palabras alentadoras y gestos de bondad.

En mi opinión, considero que los paseos dirigidos a los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y voluntarios fueron el puntoc ulminante más memorable de la fundación para todos los que tuvieron la oportunidad de experimentarlos. Estos paseos dejaron una huella significativa llena de recuerdos especiales que, si uno piensa en la fundación, lo puede percibir como un lugar seguro que se preocupa por el bienestar de las personas como una familia.Finalmente, concluyo este capítulo de mi vida con un hasta luego por el motivo de que me siento inspirada a regresar al lugar que me enseñó lecciones inesperadas, pero muy valiosas sobre los niños, niñas y jóvenes. A través de las hojas empíricas de mi experiencia,entendí que mis acciones pueden causar impacto en las personas, gracias a la oportunidad dada por la Fundación Minadores de Sueños para ser una líder y sentirme especial por ser quién soy en un entorno acogedor.

Valerie Yánez
Estudiante de Comunicación Organizacional

y Relaciones Públicas en la USFQ