Comienza el proyecto de la huerta

Queremos informar a los visitantes de esta página web, que el proyecto de la huerta por fin ha sido puesto en acción.

Pero primero queremos contaros algo sobre como todo comenzó: Hace ya más de 10 años atrás, Marco Nyffeler y su esposa Alba Cisneros compraron la actual propiedad en el barrio Rancho de los pinos, para poder realizar su valiente sueño de construir su fundación para niñ@s necesitados. Ya en aquel entonces, tenían la idea de sembrar verduras, frutas y hierbas aromáticas para su propio sustento. Pero el camino todavía era largo, ya que la propiedad está situada en una colina y antes había que trazar unas terrazas.

   

En un segundo pasa, Alba Cisneros y dos colaboradores más, visitaron un curso de capacitación en agricultura urbana, para aprender los conceptos básicos del cultivo de frutas y verduras.

Hoy podemos informar con orgullo, que dicho proyecto ha sido puesto en acción. Hemos comenzado a preparar las camas, que es el espacio donde se sembrará.  A 3000 metros de altura, trabajar con picos y palas, cernidores y rastrillos es un trabajo agotador.  Dos terrazas más arriba, se está construyendo un invernadero para semilleros y tomates. Gracias a la tierra tan nutritiva y el clima de Quito, podremos informaros pronto sobre los primeros “frutos” del proyecto de la huerta. Hasta pronto…

 

100’000 km en el servicio de la Fundación

Buenos días a todos. Me llamo Mazda BT50 y ya tengo 3 años. Mis virtudes son mi área de carga, la doble cabina y mi enorme seguridad. Gracias a la asociación Pro Minadores de Sueños he llegado hasta Quito, para brindarle mis servicios a la fundación. Estas son las áreas en las que  soy imprescindible: Construcción, viajes a la escuela, salud y emergencias, tiempo libre y paseos, para los voluntarios y las relaciones públicas.

   

Como pueden ver, sin mi no se puede…

Espero poder mantener mi compromiso con la fundación por unos 100’000km más y doy las gracias por las donaciones de la asociación Pro Minadores de Sueños y todos los donadores, que me han convertido en una realidad.

Cordialmente, Mazda BT50