De vuelta a las aulas: En vista de que en Ecuador las clases presenciales fueron retomándose desde el mes de febrero, la fundación readapto la forma de trabajo. Durante dos años el equipo docente se vio en la necesidad de convertir los espacios en aulas de clases de las cuatro materias básicas (lenguaje y literatura, matemáticas, ciencias sociales y ciencias naturales), esto debido a la falta de recursos tecnológicos de nuestros niños y niñas (internet, pc, celulares, Tablet) indispensables en aquel momento para acceder al derecho a la educación.

Debido a la vuelta a las clases presenciales, actualmente se está apoyando en la ejecución de deberes académicos y refuerzo escolar como se hacía en años anteriores, salvo que ahora se han modificado aspectos físicos y operacionales que hacen que la ejecución del trabajo tenga mayor impacto en el aprendizaje. Entre esas: se modificólas horas de entrada, se integró un nuevo espacio de atención lo que reduce el número de niños y niñas por aula, ofreciendo de esta manera un apoyo pedagógico máspersonalizado y favorecedor en el proceso de enseñanza-aprendizaje. 

A veces perdiendo también se gana: Lo que para muchos pudo haber representado pérdidade tiempo o de acceso a las aulas durante estos dos años, para nuestros niños y niñas representó una ganancia significativa en términos de consolidación de contenidosyprocesos lo que se traduce en avances académicos, tranquilidad para las familias y la satisfacción del deber cumplido por parte de las educadoras quienes día a día colocan su grano de arena en la construcción de este sueño.

No hay que negar que en un inicio se mostró resistencia o incomodidad ante estos ajustes, como sociedad sedentaria (Lo contario al nomadismo) estamos acostumbrados a lo estable, lo constante, lo rutinario…Pasado este tiempo, que sin darnos cuenta fueron años, descubrimos que el verdadero aprendizaje detrás de la pandemia fue y sigue siendo la adaptación. El cambio nos mostró la necesidad que teníamos de dar un giro en pro del trabajo que se venía haciendo, entendimos que nuestra misión en la fundación Minadores de Sueños no se detiene ni se detendrá porque el cambio debe ser nuestra única constante.

“El cambio es la única constante” Heráclito

Marby Barrios